El dolor está en la ida, pero lo difícil es la llegada. La nostalgia está en el adiós y el pañuelo lloroso ondeando según se distancia el tren, pero el milagro fue ese primer hola, esa primera mirada, ese primer café.
Mi padre, en paz descanse, me repetía; “hijo lo natural es morir, el milagro es la concepción de la vida”. La razón no se equivoca, sin embargo, el corazón no sabe de reflexiones, la pasión no sabe de lógicas ni esquemas y hace que, ante el despido, ante el adiós el pecho se quede sin aire, se encoja, duela y le prosiga una acusada falta de aire.
Nuestros hijos extienden sus brazos y rompen entre sollozos a llorar, en su primer día de “guarde”, no hay consuelo, no hay paz, solo un túnel viendo su madre marchar.
Hoy D. Pepe Mujica acertó en las formas y, probablemente, en el tiempo para marchar. Persona inteligente y con tintes de sabio decano de facultad, supo poner broche de oro y enaltecer aún más su figura. Un Senado silenciado, empalidecido. Chapó por aquellos que identifican su etapa y rompen la continuidad antes de transitar por la decadencia de la cuesta abajo.
La garganta hecha un nudo, a Albern se le dibujaba una timidísima lágrima cual cuco abriéndose paso tras el tic-toc de los fragmentos rotos de sus pupilas que reflejaban el triste, frío, pulido, porcelánico rostro de Sahara. La cálida mano de ella entrelazaba sus dedos en un intento de que el pulso de ambos se sincronizara, intentando ralentizar las inexorables manecillas del reloj. Los destinos solo saben la verdad, pero firmaban un trágico, macabro acuerdo para parar… un adiós, un hasta pronto, un buen viaje.
D. Pepe, Presidente, es cierto que hay un tiempo para llegar … y un tiempo para marchar …, pero, ¿cómo puedo sonreír a esa certeza y no romper a llorar?. Quizás todo radica en explicar que el éxito no es ganar, sino volverse a levantar.
Presidente, gracias sin anhelos, de hecho, díganos un hasta luego porque un, nuevo, 1 de octubre sabemos que va a llegar.
Francisco Gallardo
Concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid